domingo, 14 de diciembre de 2008


El territorio que rodea a la lamasería de Ivolguinski es completamente plano, llano y verde con pastos que cubren todo el espacio que abarca la vista. Al fondo del espacio verde se levanta una cadena de montañas de poca elevación y en el centro del paisaje, como saliendo de una ensoñación, aparece un conjunto de edificios que recuerdan a las pagodas chinas, con sus tres pisos, más estrechas las plantas de arriba que las de abajo y sus tejados puntiagudos que son como gaviotas que no quieren bajar hacia abajo como todos los tejados de mundo, aquí las esquinas de los dejados suben, se ondulan, levantan el pico de color dorado como si quisieran volar.

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